El INSULTADOR

Si es usted capaz de recordar como ha ido avanzando el progreso de unos años a esta parte, pongamos unos treinta más o menos; sino ha sido usted víctima del canabis o algún otro aditivo que haya actuado de manera fulminante borrando todos los recuerdos de su desgastado cerebro. Y si es así, haga un pequeño esfuerzo. ¿Es usted capaz de acordarse cuando en la tele solo había un canal? Cuando se tiraba uno toda una tarde pegado al radio-cassete esperando que en alguna emisora pincharan tu canción preferida para apretar al REC, con la esperanza de que el locutor no soltara prenda. Aquellos tiempos del seiscientos, de la vespa, de la camiseta del verano ligón. De los primeros "busca", del Commodore, de los primeros video-juegos mata-marcianos que llegaron a los bares (aquellas moscas raras con patas que iban bajando en formación y eliminabas tras un parapeto que si iba desgastando. El progreso, cómo ha ido evolucionando. No voy a entrar en si el resultado ha sido para bien o para mal, no es mi intención juzgar eso; ni tampoco voy a dar una relación de prodigiosos eventos: que si un pequeño robot que quita el polvo de una vivienda pululando por la misma y salvando obstaculos como Pedro por su casa; las posibilidades de una televisión digital a la carta, hablar con una persona que se encuentra en pekin, viéndole la cara en una pantalla; o video-juegos en los que usted es el video-juego dando saltos y precisos aspavientos en el salón de su habitáculo. Podría citar tantos... Pero de todos los avances, quiero hacer mención a un programita para teléfono móvil que tiene el peculiar nombre de
"EL INSULTADOR". Su funcionamiento es el siguiente:
Tecleas en el aparato el nombre de la persona que te apetezca poner de vuelta y media, y automáticamente, el teléfono movil, con la voz parecida a la que utilizan las máquinas expendedoras de tabaco, empieza a soltar una retahila de insultos, todos personalizados del estilo; pongamos por ejemplo que tecleas el nombre de "Amancio", por poner un ejemplo, pues nada más presionar al RETURN, como si se tratará de un inventario de las mil maneras de matar a un hombre, empieza:
-Amancio... Eres un menda como no hay otro. Amancio... Tienes toda la cara del que mató a Manolete... Amancio... Tienes menos sangre que el tobillo un saltamontes. Amancio...Tienes mas pulga que la cueva del oso Yogui... Amancio... eres tan feo, que tu madre cuando nacistes en vez de darte el pecho te dió la espalda... Amancio... estás más perdido que un gitano sin primos. Amancio... Tal y pascual...
Ni se sabe la de insultos de que dispone el programita, un infinito colofón de digitalizados improperios. Hay algunos que lo utilizan de despertador matutíno, con el nombre de su Jefe, del Ex-marido de su compañera o vaya usted a saber...
Los que son realmente inexcrutables, son los caminos del Progreso.