Es al volver cuando noto mi ausencia, cuando siento el vacío roto que dejó mi presencia; percibo el aroma olvidado que ocupaba mi espacio, siempre mostrándose hostil a las causas perdidas. Y es ahora cuando ocupo mi lugar y mido la distancia, la lejanía, el trayecto recorrido por mis pasos, los rincones dejados atrás, gastados y polvorientos. Ya estoy aquí, y como siempre, parece que nunca haya vuelto. Aunque siempre listo para volver a partir, a crecer con mis sueños; es como si jamás me hubiera marchado. Vuelvo con los pájaros que buscan el Sur, con las ballenas que atraviesan profundos mares, con los pulgosos artistas que parten buscando la gloria, con los pequeños dioses errabundos en busca de nuevos mundos escondidos en el fondo de una botella de vino corriente. Vuelvo porque este es mi sitio, ese oculto rincón de rancio abolengo donde música y palabras comparten mi tiempo.
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