Friday, August 12, 2011

MUNDO ANILLO

Le condujo hasta el borde del orgasmo, luego le retuvo allí... de tal forma que cuando por fin se produjo, fue como caer herido por un rayo. Pero el rayo continuó y continuó, cual centelleante descarga de éxtasis. Si los escritores rusos fueron la panacea de la novela del siglo XIX, los auténticos monstruos de la literatura de Ciencia Ficción de todos los tiempos, han sido los americanos. Larry Niven, un californiano nacido en 1938, estudiante de matemáticas y psicología, obtiene el premio Hugo por este libro, el primero de una Saga. Los dioses no protegen a los insensatos, estos reciben protección de otros insensatos mejor dotados. Una obra de un alto nivel fantástico, con un riguroso aspecto científico y sobradamente descriptivo. La historia de una expedición compuesta por una pareja de humanos y varios extraterrestres, hacia un mundo creado por unos ingenieros de un sistema solar a millones de años luz del nuestro, así como a la misma distancia tecnológica. A todo ser superior a un ratón de campo le gusta que le rasquen las orejas. Hay momentos en que el aluvión de detalles hace farragosa la trama y un poco pesado el hilo narrativo. El desenlace final traspasa la endeble línea que separa la ficción de lo absurdo, que durante toda la obra va machacando vilmente: Regresan a la nave que les traerá de vuelta a casa dentro de un edificio flotante que es transportado por una aerocicleta alojada en uno de los habitáculos de tan singular medio de transporte.

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