Hay un idioma mucho más viejo que el utilizado por griegos y romanos, anterior incluso a la aparición del arameo, más antiguo si cabe que la básica comunicación de signos, gestos y porrazos utilizado por los trogloditas; es el lenguaje sideral, el idioma de las estrellas.
Jonathan Álvarez, el hijo menor del propietario del modesto observatorio del Garraf, logró dias atrás, comunicarse con el Universo a través de una constelación estelar. Se trata de un par de versos libres que traducidos al castellano quieren decir más o menos ésto:
"La luz mortecina de una sonrisa, brilla en tus labios
con la intensidad de un beso olvidado"
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