"Hay libros malos que están muy bien escritos, y estos a la larga son los peores, pues suelen tener muchos lectores que creen que la lectura fácil es la verdadera literatura. Los editores los llaman "literatura comercial de calidad". Estos libros, más que no acabarlos, lo que se debe de hacer es jamás empezarlos".
Yo todavía voy más lejos, opino que no es suficiente, lo que hay que hacer con ellos es pegarles fuego, como ya hizo Cervantes de la mano de su Quijote: Una buena hoguera.
Pueden parecer a simple vista inofensivos, la mayoría puede pensar que el espíritu de un libro es efímero y que su alma se mantiene inerte con el simple hecho de no volver a desplegar sus páginas. Pero esto no es así. Una eterna pócima, un mortífero veneno ideológico y de dañino pensamiento reposará a la espera de ser escogido por algún inaprensivo de cualquier polvoriento o escondido anaquel, y lo digo sin más dilación y a todos los efectos, por todos los renglones escritos por Arturo Reverte, Brown (sí, el del Código da Vinci), Falcones y demás huestes:
¡¡ A LA HOGUERA !!
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