No es mi estilo hacer suposiciones, ni es mi intención mal pensar que el barrio esta sufriendo una invasión estratégica en toda regla, por parte de unos seres bajetes de cara plana y ojos rasgados. Pero es bien cierto que lentamente se van adueñando de la mayoría de los establecimientos públicos, haciendo especial hincapié en los bares.
El típico bar de "viejos" (como cariñosamente se decía) donde los cuatro jubilados juegan la partida, se toman la barrecha, el vi nito y el resto para la máquina traga perras.
Mi barrio ostenta el record de Cataluña en numero de bares por metro cuadrado de superficie; pues ahora hay una joven familia asiática al frente de cada uno de estos negocios. Y es digno de ver como se adaptan, como resisten los envites de la crisis sin perder la sonrisa; qué poder de sacrificio.
El bar de la Plaza, que hasta la fecha regentaba el señor Manolo, un emigrante andaluz de los sesenta, con tan mala hostia como grasa tenía la plancha de su diminuta cocina; especialista en los vasos de caracoles chicos a la manzanilla. Ahora en manos de un tal Li y su joven esposa. Supongo que para un chino comer caracoles debe de ser como para un europeo engullir carne de perro. Pues lo bordan.
Desconozco si el señor Manolo les pasó la receta junto con el traspaso del local, pero están más sabrosos aun si cabe; y es todo un espectáculo ver a su propietario, cada tarde, sentado en la terraza, realizando una magistral exhibición abordando con suma pericia unos tradicionales palillos chinos,un vaso de caracoles chicos y una caña de cerveza
1 comment:
los típicos bares "de viejos" si que ya han conquistado!! están en todos los partes. unos bares viejunos, con cortinas de abuela y mesitas donde se sentaban generaciones de visitantes - pues entras esperando que te saludara un viejo fumando pitillo de tabaco negro. Y en vez de un viejo están allí tres chinos.
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