Hay días malos en la vida.
Son verdaderamente malos,
efectivamente.
¿Y qué pasa entonces?
Pues pasa que me meto debajo de la
cama.
Eso pasa efectivamente.
Va Grogó y me dice: ¿Salimos de paseo?
Yo le digo: ¡No! ¡Déjame en paz!
¿No ves que es un día malo,
efectivamente?
¿Luego viene Mary Brau Brau
y me invita a jugar a ratones.
Yo le digo: ¡No! ¡Déjame en paz!
¿No ves que es un día malo,
efectivamente?
Más tarde vienen los dos juntos,
Me ruegan, me imploran, me lloran,
etcétera.
¿No quieres leer un cuento muy
divertido?, dicen.
Yo no digo nada, guardo silencio
efectivamente,
Porque yo soy así, tengo mucha
personalidad.
Viene por fin una señora, y me razona
así:
¿No quieres salir de debajo de la cama?
Ya sé que es un día malo efectivamente,
Pero es que pasa una cosa...
¿Qué cosa?, pregunto yo toda intrigada.
Ella responde: Pues pasa que te he
preparado
Un plato de carne con arroz. ¿Qué hago?
¿Lo tiro?
¡Tirar?, grito yo, ¿Estás loca o qué?
Salgo de mi escondite
Y voy a la cocina disparada;
Toda regla tiene sus escorpiones.
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