Esta novela, considerada por la Crítica como una de las mejor escritas en castellano de los último años, no ha conseguido atraparme, y eso que soy un lector facilón. En cien paginas de una prosa distinguida (lo cortés no quita lo valiente) no he conseguido averiguar el significado de su argumento ni enlazar los vericuetos de su intrincada trama. El escritor de un pueblo minero de León, ilustre miembro de la Real Academia de las Letras, nacido en 1942, licenciado en derecho: será un gran escritor pero a mí no ha conseguido subyugarme ni tan siquiera emocionarme. Esa atmósfera, ese veneno, es la misma que se expande por el interior de los hospitales abandonados, donde la asepsia jamás logró paliar el sudor de la desgracia. A ver que os parece su prosa: Habida cuenta que nada nos hace más dueños de la materia de que estamos hechos que la muerte, y el acto de sujetar esa materia parece el más propio de quien de ella es propietario. Sin más comentarios.
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