Algo parecido al embarazo psicológico que padecen algunas perras cuando son obligadas por sus amos a no procrear, ni tan siquiera a ser pisadas por otro animal en toda su vida. Un estado que las arrastra a comportarse como autenticas madres con un par de peluches, cojines, o unos simples trapos. Simulando protección, cariño; incluso llegando a aplastar delicadamente con sus resecos pechos amamantando el objeto adoptado. O ese sentimiento de dolor que sufren algunas personas amputadas de ambas piernas, por unas rodillas que ya no existen o unos pies hinchados.Después de veinticinco meses sin fumar, padezco algo similar, un mono psicológico que me arrastra a comprar paquetes de tabaco de liar (ya llevo dos), librillos de papel, filtros de seis milímetros. Y de momento me conformo con mirarlos embelesado, olerlo todo, casi masticar el espacio vital que los rodea.
No sé hasta cuanto podré soportarlo. Sueño con un cigarrillo en mis labios.
1 comment:
Hola, podrías decirme a qué relato pertenece la frase "Sus grandes ojos de color nomeolvides"?
Muchas gracias.
perretcantonim@gmail.com
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