Quería dar a conocer el mal que sufro, mis obsesiones; como la de aglutinar cajones repletos de medicinas, armarios enteros... O el no dejar de pensar por un instante en pastillas, jarabes, pomadas, etc...
Por que a nadie le sorprende que una sustancia al entrar en contacto con nuestro organismo, sea capaz de dirigir y aglutinar toda la sangre concentrándola en un objetivo hasta entonces exangüe, mustio, relamido.
Quizás más sorprendente sea lo que predice o augura un exitoso neurocientífico como próximo descubrimiento, la invención de una sustancia que nos hará más inteligentes. Un autentico fracaso, creo yo, en éste mundo lleno de listos.
Lo que sí parece inaudito es lo que algunos (los más osados) presagian en un futuro nada lejano: una sustancia para el buen humor, otra para adquirir talento, otra para el ingenio, recuperar la memoria, etc... Todo empezó en la Edad Media con la quema de brujas que utilizaban hierbas curativas, siguieron los hippies en los 60 con la marihuana, y ya nada ni nadie nos detendrá, ni siquiera a mi pensamiento, siempre pensando en lo mismo, siempre...
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