Hemos llegado, después de muchas deliberaciones a la siguiente conclusión: Todas las personas en un momento dado de nuestras vidas, hemos pasado por un periodo conocido como “La edad del pavo”. Digo, hemos llegado, pues llevo encerrado en estas cuatro paredes con la única compañía de mi persona y yo, más de dos meses, tratando científicamente de desarrollar una teoría con la que poder erradicar tan singular estado.
Pues si es realmente cierto, que la mayoría de la gente tarda un determinado tiempo en desprenderse de él, hay muchísima otra, que no lo suelta jamás de los jamases. Y eso es un germen que hay que erradicar. Me estoy haciendo mayor y no me puedo permitir oír tantas necedades e idioteces.
Han avanzado mucho nuestras investigaciones en este campo. Soy capaz, con una simple mirada de soslayo al rostro de cualquiera, de averiguar incluso el tipo de pavo que lo consume. Porque hay diferentes tipos de pavo; a saber:
En primer lugar se encuentra el “pavo inofensivo”, o también conocido vulgarmente como el “pavo del adolescente”. Este suele ser temporal y lo adquieren las niñas y los mozalbetes cuando entran en la pubertad. Es un pavo bobalicón, inocente; cargado de ingenuidad y languidez. Un pavo de mejillas sonrojadas, de rubor mal educado y pertinaz. Suele ser duradero; aunque siempre es nocivo generalizar, a ellas hasta su primera maternidad, y a ellos, hasta la vida en pareja. El problema surge cuando este no se puede soltar, y nos acompaña hasta la muerte, dejando un reguero de estupideces que pueden llegar incluso hasta destruir a la humanidad
También tenemos el “pavo de origen”, o más conocido como el de "puro nacimiento”. El que se nace con él y toda la vida arrastra ese espíritu de niño tonto que se va haciendo mayor y más tonto. Que vive una vida absurda y mezquina. Un pavo que puede ser peligroso cuando se rodea de otros similares secuaces, y no dejan de hacer tonterías; que es lo que hacen los tontos.
Y finalmente tenemos, el autentico, el "pavo genuino”. Al que acompaña el poder. Éste mata, manipula, oprime, asfixia, desinforma, juzga...
Éste es el que nos hemos propuesto exorcizar. Hay que exterminarlo por completo. Hacerlo desaparecer del mapa. Todo ira mejor; se por donde tengo que comenzar. Soy el único capaz de comprender donde se encuentra la conexión. Soy el exorcista, el elegido para acabar con la estupidez. Tengo por fin, después de varios años de angustiosa deducción, el remedio que nos va a curar de una vez por todas de este síndrome con el que esta perfectamente conectado.
Empezaremos con la tele del comedor... ¡Brumhhh..! Continuamos con la del cuarto de los niños... ¡Brumhhh..! La de la habitación del abuelo... ¡Brumhhh..! ¡Niiiiñooooo..! (el abuelo). En la casa de la vecina... ¡Brumhhh..! La pantalla gigante del bar del José... ¡Brumhhh..! La tienda de electrodomésticos de la esquina... ¡Brumhh..! ¡Brumhh..! y ¡Brumhh..!
Yo...; mi persona, y un buen mazo: acabaremos con todos los televisores del mundo y su terrible conexión con ese grupo de tontos que viven siempre en la edad del pavo.
Han avanzado mucho nuestras investigaciones en este campo. Soy capaz, con una simple mirada de soslayo al rostro de cualquiera, de averiguar incluso el tipo de pavo que lo consume. Porque hay diferentes tipos de pavo; a saber:
En primer lugar se encuentra el “pavo inofensivo”, o también conocido vulgarmente como el “pavo del adolescente”. Este suele ser temporal y lo adquieren las niñas y los mozalbetes cuando entran en la pubertad. Es un pavo bobalicón, inocente; cargado de ingenuidad y languidez. Un pavo de mejillas sonrojadas, de rubor mal educado y pertinaz. Suele ser duradero; aunque siempre es nocivo generalizar, a ellas hasta su primera maternidad, y a ellos, hasta la vida en pareja. El problema surge cuando este no se puede soltar, y nos acompaña hasta la muerte, dejando un reguero de estupideces que pueden llegar incluso hasta destruir a la humanidad
También tenemos el “pavo de origen”, o más conocido como el de "puro nacimiento”. El que se nace con él y toda la vida arrastra ese espíritu de niño tonto que se va haciendo mayor y más tonto. Que vive una vida absurda y mezquina. Un pavo que puede ser peligroso cuando se rodea de otros similares secuaces, y no dejan de hacer tonterías; que es lo que hacen los tontos.
Y finalmente tenemos, el autentico, el "pavo genuino”. Al que acompaña el poder. Éste mata, manipula, oprime, asfixia, desinforma, juzga...
Éste es el que nos hemos propuesto exorcizar. Hay que exterminarlo por completo. Hacerlo desaparecer del mapa. Todo ira mejor; se por donde tengo que comenzar. Soy el único capaz de comprender donde se encuentra la conexión. Soy el exorcista, el elegido para acabar con la estupidez. Tengo por fin, después de varios años de angustiosa deducción, el remedio que nos va a curar de una vez por todas de este síndrome con el que esta perfectamente conectado.
Empezaremos con la tele del comedor... ¡Brumhhh..! Continuamos con la del cuarto de los niños... ¡Brumhhh..! La de la habitación del abuelo... ¡Brumhhh..! ¡Niiiiñooooo..! (el abuelo). En la casa de la vecina... ¡Brumhhh..! La pantalla gigante del bar del José... ¡Brumhhh..! La tienda de electrodomésticos de la esquina... ¡Brumhh..! ¡Brumhh..! y ¡Brumhh..!
Yo...; mi persona, y un buen mazo: acabaremos con todos los televisores del mundo y su terrible conexión con ese grupo de tontos que viven siempre en la edad del pavo.
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