Ni un triste poema
ni la calderilla de un verso
mis musas deben estar retozando concupiscentes
en la conciencia de otro loco ingenuo con ínfulas de poeta
pero sabéis que os digo
infames musarañas
anheladas semidiosas
que cuando volváis a mí
hastiadas de revolotear errabundas y ociosas
alojadas en esos inmundos mundos de tan sobradas mentes
vaciaré mi cerebro de su exacerbado ingenio
y escupiré sobre vuestros rostros
la bilis que colma mi inagotable talento.
ALPHONSUS
No comments:
Post a Comment