Si entendemos como paradoja una idea extraña u opuesta a la común opinión, y al sentir de las personas; y al mismo tiempo, algo inverosímil o absurdo que se presenta con apariencias de verdadero. La presente obra que tengo el placer de prologar, es una brillante paradoja de
Que nadie espere la típica novelita donde un detective zarrapastroso con gabardina y enjuto rostro, desmenuza paso a paso las vorágines del Crimen. Ni esos argumentos enrevesados de Tele-series americanas del CSI y compañía. Hay policías, hay delincuentes, corrupción y crimen. Pequeñas y grandes tragedias. Pero sobre todo, destreza. Una cierta habilidad para mostrarnos detrás de esa máscara salvaje y cruel que todo lo generaliza, la verdadera realidad del mundo policial, envuelta en sutiles y múltiples paradojas.
Secretario General Del Sindicato Profesional de Policías Municipales de España en Cataluña (SPPME-CAT)
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