Tuesday, February 08, 2011

AFTER DARK

Esta es la historia actualizada de la hermana fea de la bella durmiente asiática. Ninguna ola se riza sobre la superficie de sus pensamientos, lisa como un espejo. Donde el príncipe, un "jipioso" japones que toca el trombón en una orquesta noctambula, se interesa por la hermana fea y no por la bella princesa. Una historia sin resolver que transcurre en una ciudad nipona de altos edificios. Las últimas tinieblas de la noche envuelven la ciudad como si fueran una membrana. La hermana fea cansada del largo sueño donde esta atrapada su bella hermana mayor, pasa una noche en vela por los suburbios de la ciudad. Su aspecto recuerda una habitación bien ordenada. Murakami nos envuelve magistralmente, como ya hizo en Tokio Blues, en una trama oscura y bien hilvanada, manteniendo colosalmente la atención del lector. Una novela sencilla y bien estructurada. El Omnímodo narrador también protagoniza algunas escenas. Observamos desde arriba la figura de la muchacha tendida en la cama. Nuestra mirada se va retirando gradualmente. Atravesamos el techo, retrocedemos deprisa. Retrocedemos hasta el infinito. A medida que nos alejamos, la figura de Eri va disminuyendo de tamaño, se convierte en un punto y pronto se borra. Como toda su obra, la música juega un papel muy importante, así como esa mezcla muy suya y especial, de ternura y crueldad, aderezado todo ello con pequeñas dosis de secuencias paranormales que ponen el broche a esta deliciosa obra, la de ese pequeño gran autor de ojos rasgados y piel amarilla.
-¿Todavía cortáis orejas?
- Vida sólo se tiene una. Orejas, dos
- Quizá sí. Pero con una sola oreja no se puede llevar gafas.

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