Hoy me he despertado con la grata virtud de poder separar el cuerpo de mi mente. Como si se tratara del personaje de un cuento de Kafka: He presenciado tumbado sobre mi cama, no sin cierto asombro; mi aturdido y cansado cuerpo dirigiéndose al lavabo, desayunando. Vestirse y marchar al trabajo.
Con este don he conseguido dos cosas: La primera, pasar las abominables ocho horas del rutinario empleo funcionario, con mi mente en las quimbambas. Y segunda,y no menos importante, que he pasado toda la jornada laboral libre y ocioso en casa sin ausentarme de mi puesto de trabajo
No comments:
Post a Comment